Trekking Vuelta a los Annapurnas (Previas)

Año XII Entrada nº 850

PRELIMINARES

Este diario daba comienzo 266 días antes, con las gestiones y preparativos relativos a la expedición. Aquí nos limitamos a contar lo acontecido desde el domingo 26 de septiembre de 2010, día en el que salíamos de casa, hasta el miércoles 20 de octubre, en el que volvíamos con el pesado equipaje, solamente aligerado por las experiencias vividas.

Antes de comenzar, quiero aclarar que todas las horas están expresadas en horario local. En Doha son dos horas más que en la España peninsular, y en Nepal cuatro horas y cuarenta y cinco minutos más, ambos en invierno.

Otro aspecto a destacar son los tres pilares básicos en que se sustenta la elaboración de este diario, que son los apuntes de campo, las fotografías y las consultas en Internet. Los tiempos y las distancias expresados al final de cada etapa son aproximados.

 

 

La vuelta a los Annapurnas permite cumplir uno de los viejos sueños de cualquier persona cuya pasión sean las montañas, te permite visitar aquellas en donde alcanzan su máxima expresión, te permite respirar con ellas y por ellas, crecer con ellas y por ellas, latir con ellas y por ellas, amar con ellas y por ellas, vivir con ellas y por ellas…

Visitar el Himalaya es la meca de ese montañero romántico que piensa que siempre hay algo por descubrir, que se siente atraído por este extraordinario y complejo mundo de esfuerzos y satisfacciones, de entrega y recompensas, y que busca refugio en lo que nunca, nunca, defrauda… en las montañas. ¿Será verdad que son el punto de encuentro entre los hombres y los dioses?

 

 

 

 

Pero no es todo tan idílico, porque como es una de las travesías más concurridas del país, se han propuesto trazar una carretera a lo largo de toda ella, y eso implica que hay tramos en los que ya se puede andar por pista en lugar de por camino, con lo que ello conlleva, porque son pistas jóvenes y, al igual que lo que pasa con los humanos, inestables, y a la menor gota de agua que cae se ponen impracticables. De hecho, ya hay un buen tramo, de Jomson a Tatopani, que sus 43 kilómetros de distancia ya se recorren en rodantes, que es un peñazo, pero que andando lo sería todavía más.

Está llegando la modernidad a estos parajes naturales sin parangón, lo que generará la pérdida de los valores y de los oficios tradicionales, reemplazándolo por más rodantes, por más contaminación, por más pereza, y por más cosas que es preferible no nombrar.

D-26.09.10 (Jornada 1)

ZARAGOZA (200 m) – MADRID (655 m) – DOHA (10 m)

Para este trekking no hemos hecho un entreno específico, sin embargo, pensamos que vamos bien preparados, aunque realmente no sabemos en qué nos basamos para ello, pero estamos seguros de ello. La verdad es que en el del Baltoro, creo que fuimos pasados de vueltas, y de ahí que no me haya querido ansiar en éste.

Las distintas circunstancias de unos y de otros hacen que no sea posible compartir viaje a Madrid. Como hay que embarcar a las 10:25, lo más prudente es ir con tiempo, y coger un bus que sale a las 03:34 de Zaragoza, y que llega a la T-4 sobre las 7 de la mañana.

Foto de familia en el aeropuerto de Barajas (Madrid)

Somos 17, o eso pensamos…

Embarque sobre las 10:30, y a las 11:15 vemos despegar, desde nuestra ventanilla, a la cabeza del antílope, símbolo de Qatar, representada en el extremo del ala del airbús que nos va a llevar a Doha, su capital, a donde llegamos pasadas las 7 de la tarde, de la noche, más bien.

El muy poco tiempo de tránsito lo pasamos en el interior del aeropuerto, descansando y escandalizándonos de todo el paradigma de derroche y consumismo que está profusamente esparcido por doquier. También aprovechamos para echar un bocado, ofrecido por las líneas aéreas previa presentación de los billetes. Tampoco hay mucho para elegir, pero llenamos el buche. Se nos hace media noche acudiendo al embarque.

Despegamos de Barajas (Madrid)

Interior del aeropuerto de Doha (Qatar)

L-27.09.10 (Jornada 2)

DOHA (10 m) – KATMANDÚ (1317 m)

Retomamos este día donde dejamos el anterior, es decir, que biológicamente no ha habido cambio de jornada. Sobre la 1 despega el avión, camino ya de Katmandú, capital de Nepal, a donde llegamos sobre las 8 de la mañana, algo antes de lo esperado. La luz de las últimas horas ha puesto en contacto nuestras inquietas miradas con los techos del mundo, que rasgaban el horizonte, como queriéndose elevar más y más hacia el infinito. Pero ya hemos bajado de las alturas, y nos toca ahora pasar los engorrosos trámites de acogida, el pase por aduana, pasaportes, visados, y todas esas cosas, todo ello en el aeropuerto internacional de Tribhuvan, de Katmandú.

Primeros avistamientos de la alta montaña de Nepal

A las 09:45 salimos definitivamente del aeropuerto y nos dejamos acoger por la agencia local, que en este caso es Thamserku, nombre prestado de un pico de 6623 metros, en el Valle del Khumbu. A partir de aquí, lo típico, collares de flores, montar los petates en la baca, y arriba, que hay que ponerse en ruta urbana hasta llegar al hotel. Mientras tanto nos vamos empapando de las escenas cotidianas de esta ciudad tan arraigada en su historia, y tan bañada de hinduismo. Una de las curiosidades es ver la cantidad de banianos, o higuera de Bengala, una gigante especie de ficus en cuya base suele haber, más grandes o más pequeñas, unas capillas que sirven de casetas refugio de santones.

Recibimiento en el aeropuerto

De camino al hotel

Hotel Marshyangdi

Finalizamos la travesía llegando al hotel sobre las 10:30. Un hotel, el Marshyangdi, cuyo nombre no es fácil de recordar, a pesar de que se trata de un río, de un gran río que nos va a tocar remontar en los primeros días de travesía. Descarga de petates y mochilas y a hacer la inscripción. Nos piden el pasaporte y una foto, entiendo que más que para el hotel es para la agencia local, para hacer los trámites de permisos de entrada y tránsito de turistas por los espacios naturales. Primera toma formal de contacto de todo el grupo; nos reunimos en una salita para hacer algo que va siendo ya obligado, es el reparto de habitaciones, con efecto no sólo para el hotel, sino para el resto de travesía.

Aspecto de una de las calles de Katmandú

Preparados para la manduca

Nos instalamos en las habitaciones, y se nos hace la hora de comer. El hotel está en la zona llamada Thamel, un núcleo de calles estrechas, llenas de vida, repletas de comercio, donde tenemos ocasión de fundirnos con el entorno, con sus gentes, con sus calles, con su tráfico, con su laberíntico cableado, con sus olores… Me llama especialmente la atención la cantidad de anuncios que hay de la cerveza San Miguel, y lo enormes que son, la individual son 650 ml. Las locales más extendidas son la Everest y la Tuborg. Salimos por grupos, y entramos en el The Northfield Café. Son las 2 de la tarde. A eso de las 3 seguimos dando vueltas, entrando en los establecimientos que nos llaman la atención; tenemos que cambiar moneda también; todo ello nos ocupa hasta las 17:30, que volvemos al hotel a descansar un rato, y en mi caso a hacer la primera colada del viaje: ropa interior, que dejo a secar junto a las rejillas del aparato de aire acondicionado de la habitación.

Caos en las calles de Katmandu

¿Alguien gusta?

De 19 a 19:30 estamos con un responsable (no sé si el dueño) de Thamserku, en la terraza del hotel, donde nos da la bienvenida y nos presenta al guía, a la sazón Shyam Shrestha, y nos explica a grandes rasgos la travesía y los recursos con los que vamos a contar.

Al terminar, nos echamos de nuevo a la calle, y nos dirigimos a La Dolce Vita, una pizzería en cuya terraza habíamos quedado con Javier Garrido, que está unos días por aquí para conocer recorridos y poder incluirlos en los destinos de Aragón Aventura. Nos invita a cenar, y pasamos un agradable rato de velada. Estamos desde las 20:00 hasta las 21:15 aproximadamente. Y de nuevo al hotel, a dormir nuestra primera noche en estas tierras.

Cenando en La Dolce Vita

Próxima entrega: M-28.09.10 (Jornada 3) KATMANDÚ (1317 m)

 

 

 

x  Powerful Protection for WordPress, from Shield Security
Este Sitio Está Protegido Por
Shield Security