“De la mano de Chema Tapia, de sus pies y de sus ojos para ser más exactos, nace este hermoso trabajo que le agradecerá cada caminante, que sin una especial preparación física y sin un equipamiento deportivo extraordinario, se adentre en estos territorios tan cercanos que ahora conoceremos mejor. Este conocimiento va más allá del trazado de las sendas, de los tiempos de cada etapa, de la señalización. El autor nos transmite un caudal de conocimientos sobre la historia de estos espacios, su naturaleza y sus pobladores, pero especialmente nos invita a compartir un mundo de sensaciones, incluso también reflexiones sobre eso que ahora llamamos “territorios vaciados”. De sus páginas aprovechamos ese afán didáctico, claramente identificado en su edición, que permite recordar o aprender algo más de este territorio mientras lo pisamos, pues posiblemente estemos ante un libro de mochila. En estas páginas encontramos esa nota poética tan propia de Chema Tapia, nacida desde la observación más respetuosa de nuestros montes, caminos y pueblos; plasmada con la sensibilidad de un montañero al que le gustan las letras”.